Mitos y verdades sobre los anticonceptivos
Los anticonceptivos siempre han sido un tema que ha generado decenas de preguntas. Algo normal por otra parte si se tiene en cuenta que se trata de un medio muy utilizado por las mujeres y con unas implicaciones muy importantes en la vida de las mismas.
Unas cuestiones que se han transformado en una serie de mitos y verdades que merece la pena aclarar desde un punto de vista objetivo y serio. Solo de ese modo, a través de una información veraz, es como se podrá lograr un conocimiento completo de los anticonceptivos.
Las medidas anticonceptivas son eficaces al 100%
En absoluto. En este sentido conviene ser lo más rotundo posible. Ninguno de los métodos anticonceptivos conocidos a día de hoy son seguros en su totalidad. Ni siquiera los métodos conocidos como definitivos, como puede ser la vasectomía o la ligadura de trompas, se pueden considerar métodos seguros.
De hecho, todos los estudios que se han hecho al respecto arrojan unos datos que son bastante claros. Su tasa de eficacia está en torno al 99,7%. Un valor elevado, por supuesto, pero que no asegura la infalibilidad.
Las píldoras afectan al estado de ánimo
En este caso tenemos que hacer alguna que otra matización. Si tenemos en cuenta que las pastillas anticonceptivas tienen una cantidad más que considerable de hormonas, es posible afirmar que estos cambios en el estado de ánimo se pueden dar.
Sin embargo, tal y como hemos dicho, hay que matizarlo. No todas las mujeres, en absoluto, padecen de estos cambios en el estado de ánimo. Habría que evaluar cada caso concreto para poder saber si la situación actual de esa mujer en particular puede ser susceptible a estas alteraciones.
Los métodos anticonceptivos son abortivos
Llegados a este punto, no podemos hacer otra cosa que tranquilizar a las mujeres. Los métodos anticonceptivos que todas conocemos no son abortivos en absoluto. De hecho, no hay más que acudir al funcionamiento del mismo para comprenderlo.
Y es que un método anticonceptivo tradicional lo que evita es la ovulación. En otros casos, en el caso de los hombres, lo que pude evitar es que el esperma llegue al óvulo con buena calidad. Todo esto no hace otra cosa que hacernos ver que los anticonceptivos no van a provocar un aborto en sí mismos.
Por todo ello en el caso de que durante uno de estos tratamientos, se produjese un aborto, este solo debe achacarse a las circunstancias propias de la mujer en ese momento en particular.
Tras utilizar anticonceptivos y dejarlos la mujer está protegida
Este es otro mito bastante extendido sobre todo entre las más jóvenes. Hay que tener en cuenta que un método anticonceptivo solo es eficaz en el momento en el que se toma. De hecho, una mujer vuelve a ser fértil en el mismo momento en el que deja de administrarse.
En consecuencia, siempre que se decida dejar uno de estos tratamientos se ha de tener muy claro que se corre el riesgo de quedarse embarazada ya que los efectos no se prolongan en el tiempo bajo ninguna circunstancia.
Algunos métodos naturales equivalen a los anticonceptivos
Aunque somos conscientes de que muchas de vosotras al leer esto os estáis echando las manos a la cabeza, tenemos que decir que todavía hoy son muchas mujeres las que lo llegan a creer.
Actualmente no existe ningún remedio casero o natural que logre el mismo efecto que un anticonceptivo. Esto es algo que tiene que quedar bien claro. De hecho el confiar en ese tipo de métodos y no quedarse embarazada solo puede relacionarse con el azar y la casualidad.
Una vez que hemos hecho un repaso de aquellos mitos y verdades más recurrentes, no nos queremos despedir sin daros un buen consejo. Teniendo en cuenta que a día de hoy la cantidad de información puede ser excesiva en muchos casos, es normal que todavía se siga dudando. Es por ello por lo que os recomendamos que siempre hagáis las consultas que estiméis oportunas a vuestro especialista. El/ ella serán, sin lugar a dudas las personas que mejor os pueden asesorar sobre todos los métodos que existen y sobre aquellos que mejor os pueden ayudar a prevenir un embarazo no deseado.